jueves, 11 de febrero de 2010

Vai de autobuses, topónimos e LESMAS


A Peroxa vista dende Coles


imaxe tomada da internet


Levaba máis de 30 anos sen subir a un autobús e onte decidín que xa ía sendo hora de probar as modernizacións que tiveran lugar dende entón.


Pedinlle á miña filla que me deixase na estación de autobuses da Coruña e coa miña bolsa ao lombo comecei o meu periplo.



Subín ata o primeiro piso para sacar o billete e preguntar a que hora saía o primeiro autobús para Ourense. Eran as once e o autobús saía ás once e media, entón baixei á plataforma a esperar. De cando en vez oíase unha voz que anunciaba os autobuses que saían e os que chegaban; chamoume moito a atención escoitar "
el autobús con destino a Arteijo va a efectuar su salida por el andén 19". Ao primeiro, pensei que oíra mal, pero de novo volveu a repetir o mesmo: "Arteijo, Arteijo, Arteijo".


Pensei, o mesmo é unha vila que eu non coñezo, e que así de golpe..., non podía crer que aínda houbese xente que traducise os nomes ao castrapo. Hoxe lembreime e busqueino no Google e a miña sorpresa foi maiúscula,
Arteijo municipio da Coruña en gallego Arteixo.


Haber se me aclaro, iso ocorría en tempos en que mandaba o anano do Ferrol, pero diso xa choveu e
os Topónimos son o que son e non teñen tradución. Naquela época o concello onde nacín tamén se chamaba "La Peroja". Imaxino que o filólogo que lle fixo a tradución ao Réxime ou ben foi o pobre cabalo que sae nas estatuas co ditador as costas ou, se foi unha persoa, decidiu que todo o que levaba "xe" en galego en castelán levaba "iota". Disto hai moito que falar pero queda para outra entrada, hoxe vou contar a viaxe en autobús.


Dúas horas e media dende a Coruña, media ducia de persoas nun autobús de corenta que tamén debía ser dos anos corenta, os ruídos eran máis fortes cós dun tractor e os amortecedores penso que aínda tiña os primeiros que lle puxeron, menos mal que non traía ovos, porque seguro que chegaban escachados. Durante toda a viaxe non fun quen de que o pé esquerdo compartira a calor co pé dereito, ao longo da miña vida nunca sentira esta sensación, un pé que me doía co frío e outro que tiña moita calor, despois de aturar isto un bo anaco, decidín cambiar de lado, e entón queceume o dereito e arrefrioume o esquerdo.



Se eliminamos todas estas incomodidades a viaxe non foi unha mala experiencia, dende a altura do autobús podes ver cousas que dende un coche non ves, pasamos por lugares, por onde teño pasado e coñezo pero descubrín cousas que nunca vira e só por iso valeu a pena viaxar en autobús.



Tamén me dei conta de que as cousas non cambiaran tanto ao longo dos anos, na media ducia que viñamos, non faltou o
BABOSO, vello sesentón, que non se lle levanta dende prehistoria e que busca rapazas novas para refregarse e meter man se poden.Sempre pensei que a estes tipiños, o mesmo que ás lesmas, as súas antenas detectan a quen se poden achegar sen correr risco, por detalles que vin despois, pois a Lesma baixou á metade de camiño, a moza non tiña moitas luces.





Versión en castelán


Llevaba más de 30 años sin subir a un autobús y ayer decidí que ya iba siendo hora de probar las modernizaciones que habían tenido lugar desde entonces.


Le pedí a mi hija que me dejara en la estación de autobuses de A Coruña y con mi bolsa a cuestas comencé mi periplo.



Subí hasta el primer piso para sacar el billete y preguntar a que hora salía el primer autobús para Ourense. Eran las once y el autobús salía a las once y media, entonces bajé al andén a esperar.



De vez en cuando se oía una voz que anunciaba los autobuses que salían y los que llegaban; me llamó mucho la atención escuchar "
el autobús con destino a Arteijo va a efectuar su salida por el andén 19". Al principio, pensé que había oído mal, pero de nuevo volvió a repetir lo mismo: "Arteijo, Arteijo, Arteijo".


Pensé, lo mismo es una villa que yo no conozco, y es que así de golpe..., no podía creer que aun hubiera gente que tradujera los nombres "
al castrapo". Hoy recordé esto y lo busqué en el Google y mi sorpresa fue mayúscula, Arteijo municipio de la Coruña en gallego Arteixo.


Haber si me aclaro, eso ocurría en tiempos en que mandaba el enano del Ferrol, pero de eso ya llovió y los
Topónimos son lo que son y no tienen traducción. En aquella época el ayuntamiento donde nací también se llamaba "La Peroja". Imagino que el filólogo que le hizo la traducción al Régimen o bien, fue el pobre caballo que sale en las estatuas con el dictador, o si fue una persona, decidió que todo lo que llevaba "equis" en gallego, en castellano llevaba "jota". De esto hay mucho que hablar, pero queda para otra entrada, hoy voy a contar el viaje en autobús.


Dos horas y media desde A Coruña, media docena de personas en un autobús de cuarenta que también debía ser de los años cuarenta, los ruidos eran más fuertes que los de un tractor y los amortiguadores pienso, que aún tenía los primeros que le pusieron, menos mal que no traía huevos, porque seguro que llegaban rotos. Durante todo el viaje no fui capaz de que el pie izquierdo compartiese el calor con el pie derecho, a lo largo de mi vida nunca había sentido esta sensación, un pie que me dolía con el frío y otro que tenía mucho calor, después de aguantar esto un buen rato, decidí cambiar de lado, y entonces se me calentó el derecho y me enfrió el izquierdo.



Si eliminamos todas estas incomodidades, el viaje no fue una mala experiencia, desde la altura del autobús puedes ver cosas que desde un coche no ves, pasamos por lugares, por donde he pasado varias veces y conozco pero descubrí cosas que nunca había visto y sólo por eso valió la pena viajar en autobús.



También me di cuenta de que las cosas no habían cambiado tanto a lo largo de los años, de la media docena que veníamos, no faltó el
BABOSO, viejo sesentón, que no se le levanta desde la prehistoria y que busca jóvenes para frotarse y meter mano si pueden. Siempre pensé que a estos tipejos, lo mismo que a las babosas, sus antenas detectan a quien se pueden acercar sin correr riesgo, por detalles que vi después, pues el Baboso bajó a mitad de camino, la joven no tenía muchas luces.

12 comentarios:

Isabel Martínez Barquero dijo...

Me has recordado que hace siglos que no viajo en autobús.
Me temo que no me animo a tal hazaña.
Abrazos y deseos de que tus dos pies se hayan acompasado en temperatura.

Eastriver dijo...

Un viaje en autobús... como me gusta leerte. Primero por esas certezas que yo sentí en algún momento y que luego he olvidado (efectivamente en bus se ve más y mejor). En segundo lugar por esas disquisiciones que enriquecen el texto, esos detalles, los pies, los babosos... y ahí la foto de arriba que se comprende al fin. Espero lo de la X, porque para mi estaba claro que era J o su equivalente, aunque naturalmente los topónimos no se traducen. Aquí tenemos carcamales que se empeñan en decir Lérida cuando realmente, yo que soy de ahí, jamás de los jamases hemos dicho Lérida, siempre Lleida. Seguimos filológicamente comentando...

Ciberculturalia dijo...

Veo que tuviste un viaje lleno de sensaciones quizás ya olvidadas. Nunca está mal vivir experiencias distintas, verdad?
Un beso

Mercedes Pinto dijo...

Nada como viajar en autobús para tomar contacto con el mundo real. Parece que fue una buena experiencia para ti, a pesar de los movimientos bruscos y el baboso.
Un abrazo.

Isabel Barceló Chico dijo...

Toda una experiencia, por lo que veo. En cuanto a no respetarse la grafía de los topónimos, en fin, es un mal bastante común. Hace unos tres años publiqué una guía de Valencia y su provincia y tuve que explicar que los nombres los pondría según aparecen señalizados en la carretera, pues de lo contrario podría ocurrir que el conductor no consiguiera encontrar el lugar al que pensaba ir... En fin. Un abrazo, querida amiga.

mariajesusparadela dijo...

Non sei de que te asustas, Dilaidiña...imos volver a Carballino y la Peroja (tamén a Ginzo)...

paideleo dijo...

O da toponimia quedou deixado de mala maneira e non hai xeito de endereitalo. E o mesmo pasa cos babosos.
En fin, a túa viaxe foi en color pero podía ser tranquilamente en branco e negro.

Txema dijo...

Un viaje realmente accidentado. Me ha recordado una historia que tuvimos en mi trabajo con el nombre de Sansenxo.

Resulta que desde los tiempos del enano se decía y escribía Sanjenjo hasta que se utilizó el nombre galego. Bueno pues resulta que en mi empresa (medios de comunicación) seguíamos con el nombre anterior, hasta que un buen día llamaron de nuestra delegación en Santiago para protestar.

Al final la discusión derivó en una especie de bronca entre españolistas y gelleguistas hasta el extremo de que hubo que hacer una consulta al departamento lingüístico correspondiente.

La protesta de los gallegos estaba más que justificada porque meses antes se había dictado una orden de respetar la grafía catalana en los nombres de los pueblos y ciudades: Terrassa y no Tarrasa o Roses y no Rosas, por ejemplo.

Además parece que realmente Sanjenjo no existe, no puede ser nada, ya que, la traducción es San Ginés.

bueno, perdona por el rollo y un saludo

m.eugènia creus-piqué dijo...

La madre del cordero mi niña, he estado media hora leyendo y intentando traducir y cuando llego al final, me encuentro con el castellano,jajajaja.lo de la J y la X en catalan tambien es así, luego tenemos H en castellano que es F en catalan.Bicos.

ARO dijo...

Cuando tenga tiempo libre haré un viaje en autobús, en autobús de línea; me parece una idea romántica. (Te he leído en gallego; me encanta.)

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Hola, Dilaida:

Nada como un viaje en autobús, pero al lado de la ventana, para disfrutar plenamente el paisaje y recordar viejos tiempos.

Aunque tengamos que soportar algunas incomodidades.

Abrazos.

matrioska_verde dijo...

a mí me gustan los autobuses pero los frecuento muy poco.

biquiños,