sábado, 10 de marzo de 2012

Cousas que lin en algures


No mundo ten que haber de todo. Por tanto cada quen nace coa súa estrela que ha de levar polo camiño das ciencias, das letras, ..., ou da nugalla. Hai quen aprende moito, e hai quen non sabe aprender, como o caso dun home que non sabía contar, e cando lle preguntaban cuantos pitos tiña a súa pita, para dicir que eran cinco, dicía: "ten dúas veces dous e despois un".

Tamén hai xente que quere conseguir tanto, que non consigue nada.


O Venancio era dos que se contentaban con pouco. Un día quixo sacar os pés das alforxas e marchou a Francia na procura de traballo, pero como a maiores de ser pouco lido era un fervellasverzas non botou sequera seis meses en Francia (enfermou de saudade e só resistiu o tempo xusto para gañar para a viaxe de volta). A min gustábame moito falar con el, para que me contase cousas da emigración, do que pouco el sabía, pois naqueles seis meses estivo morando nun alpendre onde só había xente española.


- E que tal te entendías cos franchutes? -preguntaba eu.


- O francés é moi fácil -respondeu o Venancio- O pan chámase "pen" o viño "ven", os ganchos "cousas tortas" e o resto coma nós.


- E que difícil o poñen nos libros! -dixen eu.


Non era a primeira vez que me atopaba coa xente que ten moita facilidade para aprender idiomas.

Un día, un amigo contoume unha anécdota cun portugués que estaba empregado de camareiro nun hotel onde se hospedaba, e preguntoulle:


- O señor, que desexa? -Continuaron a falar na súa linguaxe. Resultou ser do Algarve e pensou que el era do Porto.


-Que tal se leva cos españois -preguntou o meu amigo


-Muito ben, mais teño a dicirlle que estes españois son moi burros, xa levo aquí seis meses, e aínda non aprenderon a falar en portugués comigo.


-E voce que tal fala español?


-O español é muito fácil: o "presunto" chámase "gamón" e os "carneiros" son "ovegas".


-Outro Venancio! -pensei eu cando mo contou o meu amigo.

Hai xente que ten moita facilidade para aprender linguas pero se non queren ser coma o Venancio e o portugués deberían de respectar as súas normas.




Versión en castelán

En este mundo tiene que haber de todo. Por tanto cada cual nace con su estrella que ha de llevar por el camino de las ciencias, de las letras, ..., o de la pereza. Hay quien aprende mucho, y hay quien no sabe aprender, como el caso de un hombre que no sabía contar, y cuando le preguntaban cuantos pollos tenía su gallina, para decir que eran cinco, decía: "tiene dos veces dos y después uno".

También hay gente que quiere conseguir tanto, que no consigue nada.

Venancio era de los que se contentaban con poco. Un día quiso sacar los pies de las alforjas y marchó a Francia en busca de trabajo, pero como además de ser poco leído era un culo de mal asiento, no estuvo siquiera seis meses en Francia (enfermó de morriña y sólo resistió el tiempo justo para ganar para el viaje de vuelta). A mí me gustaba mucho hablar con él, para que me contara cosas de la emigración, de la cual poco él sabía, pues en aquellos seis meses estuvo viviendo en un cobertizo donde sólo había gente española.

- Y que tal te entendías con los franchutes? -preguntaba yo.

- El francés es muy fácil -respondió Venancio- El pan se llama "pen" el vino "ven", los ganchos "cosas torcidas" y el resto como nosotros.

- Y que difícil lo ponen en los libros! -dije yo.

No era la primera vez que me encontraba con la gente que tiene mucha facilidad para aprender idiomas.

Un día, un amigo me contó una anécdota con un portugués que estaba empleado de camarero en el hotel donde se hospedaba, y le preguntó:


- El señor, que desea? -Continuaron hablando en su lenguaje. Resultó ser del Algarve y pensó que él era de Oporto.


-Que tal se lleva con los españoles -preguntó mi amigo

-Muy bien, pero tengo que decirle que estos españoles son muy burros, ya llevo aquí seis meses, y aun no aprendieron a hablar en portugués conmigo.

-Y usted que tal habla español?

-El español es muy fácil: el "presunto" se llama "gamón" y los "carneiros" son "ovegas".

-Otro Venancio! - pensé yo cuando me lo contó mi amigo.

Hay gente que tiene mucha facilidad para aprender lenguas pero también debería respetar sus normas.



8 comentarios:

Eastriver dijo...

Te aplaudo. Ya sabes cuánto.

Sí, estoy contento, porque hemos salvado la apuesta por el futuro de mi lengua, aunque los españoles seguirán insistiendo, que esos no se rinden a la hora de uniformarnos, de jodernos y a la postre, de anularnos.

Y el chiste gráfico de arriba me ha puesto triste. En Catalunya, si fracasase la inmersión estaríamos lingüísticamente igual que vosotros: es decir fatal, comidos por la diglosia. Pero no desesperemos: si vosotros queréis, y siento que algo comienza a cambiar, también llegará un momento en que lucharéis masivamente por vuestra cultura.

Una abraçada molt forta.

mariajesusparadela dijo...

¿E o Sobrado? ¿Cómo se chama o Sobrado? Chámase como en castelán: prepotente...de los monjes.

Paz Zeltia dijo...

:-)

encantáronme as anécdotas!

Paz Zeltia dijo...

mariajesus paradela pega os tiros entre os ollos jajaja

Rita dijo...

Pues no es tan fácil aprender idiomas pero si creo que es muy bonito, lo que si es verdad es que hay gente que pretende cuando llega a un lugar que los demás aprendamos su idioma, de esos vienen muchos turistas a Canarias
feliz domingo, bsss

Isabel Martínez Barquero dijo...

A la pata coja y como surge, será fácil. Lo difícil es hablarlo y escribirlo correctamente, que una lengua es algo muy serio, nada menos que la expresión intelectual de una comunidad determinada.
Pero no están mal los Venancios para salir del paso y chapurrear en caso de apuro. El que sabe, sabe cuánto ignora, y el que no sabe, cree saberlo todo, excepto su ignorancia.
Muy bueno.
Bicos.

felicitat dijo...

Jajajaja!!! Me gustó mucho tu entrada Dilaida. No hay nada como no saber y querer aprender. Si tienen suerte aquellos que todo lo saben y todo lo ignoran y se quedan tan campantes...
Un abrazo

matrioska_verde dijo...

¡como me gustan estos cuentos!

el mundo está lleno de Venancios, listos como ellos solos.

biquiños sonrientes,